7/7/11

Una ciudad casi desierta y mis desvelos con unas biscuits fourrés

Aquí estoy escribiendo cuando cae la noche y hay silencio. Estoy sola con mi ordenador y un vaso de agua. Hoy no he cenado, han sido suficientes unas cuantas galletas a media tarde para calmar mi melancolía. Aún estando feliz siento melancolía y creo que no la dejaré de sentir nunca, forma parte de mí y de mis momentos de soledad.

Las ventanas de las casas vecinas no están iluminadas por las noches, no veo al chico solitario pegado al ordenador frente a la ventana, ni a la pareja que se acaba de mudar y está decorando su apartamento, ni al niño pequeño que se asoma a la ventana tal y como su madre, de nuevo embarazada, le trajo al mundo. En el vecindario todos tenemos nuestras pequeñas historias que compartimos con los demás a través de los cristales de nuestras ventanas. En Bélgica apenas hay cortinas en las casas, no nos importa perder algo de intimidad si  con ello ganamos luz.

No hay nadie. Definitivamente es verano y todo el mundo estará en algún lugar del mundo disfrutando de sus días libres, descansando, viajando, visitando familiares, amigos... Otros, a la espera de que lleguen, salimos a la terraza, junto a una limonada fresca, a respirar el aire de los árboles del patio de atrás y a escuchar a los pájaros que pían en una ciudad casi desierta.


Estas son las galletas de mis desvelos, biscuits fourrés como las conocen aquí. Me encantan, son mi debilidad en cualquiera de sus formas, sabores o ingredientes. Me como una y otra, otra tras otra y otra más por si aún no me habían impregnado del todo. En este caso son de limón hechas con polenta y rellenas de mascarpone avainillado. Sugerentes y más fuertes por la acidez del limón pero con un contraste dulce y suave que el mascarpone sabe poner en su sitio.


 b i s c u i t s   d e   p o l e n t a   a l   l i m ó n

-125 g de mantequilla derretida
- 150 g de azúcar blanca
- 50 g de polenta
- 225 g de harina sin gluten
- 50 ml de zumo de limón
- ralladura de limón
- 250 g de mascarpone + azúcar glace al gusto(para el relleno)
- vainilla

1. Batir la mantequilla la ralladura de limón y el azúcar. 
2. Incorporar la polenta y la harina tamizadas alternándolo con el zumo de limón sin dejar de batir.
3. Cuando se tenga una masa compacta y manejable, cubrir con film transparente y refrigerar durante media hora.
4. Precalentar el horno a 180ºC.
5. Estirar la masa y dar forma a las galletas con el cortador deseado.
6. Ir colocando en la placa del horno con un poco de distancia y cocer durante 15 minutos aproximadamente.
7. Dejar reposar las galletas cinco minutos dentro del horno con la puerta abierta antes de ponerlas a enfriar.
8. Dejar que se enfríen antes de rellenarlas.
9. Mezclar el mascarpone con los granitos de vainilla y el azúcar glace al gusto hasta formar una pasta. Untar un lado de cada galleta con un cuchillo o la manga pastelera. Tapar con otra galleta.
10. Si no hace mucho calor se conservan bien en un recipiente de cristal. También se pueden meter en el frigorífico pero se ablandarán y ya no estarán crujientes. A mí personalmente me gusta que le relleno esté frío y la masa ablandada precisamente.

 Felices vacaciones a los que ya estéis disfrutando de ellas y a los que no, seguiremos cocinando hasta que nos vayamos, ¿no?